Durante la Colonia el valle del Chillón fue ocupado por innumerables haciendas agropecuarias productoras de trigo, caña de azúcar, productos de panllevar, así como de carneros de castilla, vacas, bueyes, caballos, entre otros animales. Actualmente todavía se pueden apreciar parte de estas edificaciones que nos transportan a la época y nos configuran un escenario social y económico hasta ahora poco conocido.
– Casa Hacienda Garagay
Ubicada entre las avenidas Universitaria y Angélica Gamarra en el distrito de Los Olivos, fue conocida durante el siglo XVI y XVII con el nombre de Nuestra Señora de Gracia. El nombre actual proviene de la mala escritura y pronunciación del apellido de Luis de Garayar, hacendado que alquiló la propiedad en 1785. Sus principales productos agropecuarios fueron el trigo, alfalfa, aceite de oliva y los carneros de Castilla.
La fachada de la hacienda se antepone a otros edificios virreinales de la zona rural de Lima Norte. Su ingreso no denota escaleras sino un patio rodeado por un marco de cinco arcos y un techo plano de madera alisada, cuya estructura es similar en la segunda planta aunque con arcos más angostos. Sobre ella se encuentra edificado un mirador de madera utilizado por lo general para vigilar y supervisar las principales actividades agrícolas impartidas a los trabajadores de la hacienda.
– Casa Hacienda Infantas
Ubicado entre la carretera Panamericana Norte y la avenida 16 de octubre en el distrito de San Martín de Porres. Adquiere su nombre en 1667 cuando el convento de Nuestra Señora de la Concepción la arrienda a Jerónimo Infante del Real. Su principal producción en sus más de 190 fanegadas de extensión (570 hectáreas) fue el azúcar, aunque algunas veces alternó su producción con cultivos de alfalfa y productos de pan llevar.
Está construida con ladrillos de barro y denota un primer nivel semihundido conformado por cuartos de almacenaje de forma rectangular y habitaciones de uso administrativo. Las ventanas están casi al nivel del zócalo y todavía conservan sus rejas de hierro simple forjadas a mano con detalles centrales.
– Capilla de la Casa Hacienda Pro
Ubicada en la zona norte del distrito de Los Olivos, la capilla formó parte de la hacienda Pro, que estuvo en poder de la familia Pro León–Colmenares por más de 150 años. En 1847, pasó a poder de la familia Larriva, que también era propietaria de la hacienda Comas. A mediados del siglo XIX, esta hacienda incorporó fuerza de trabajo asiática debido a su especializada producción de azúcar y algodón destinada al mercado europeo.
La capilla está ubicada en un declive cerca del antiguo almacén. Para ingresar es necesario descender por una pequeña escalera de tres peldaños elaborados con cemento que dan paso a un atrio de piso de ladrillo. El área que ocupa la capilla es de 65 metros cuadros distribuidos entre la sacristía, almacén y salón principal. El piso original era liso y de madera roble que daba comodidad a sus ocupantes, pues la zona está expuesta a fuertes vientos durante el verano y alta humedad en los meses de invierno.
– Iglesia de San Pedro de Carabayllo
La iglesia está ubicada en el pueblo o reducción indígena de San Pedro de Carabayllo, fundado por Juan Martínez Rengifo en junio de 1571. Fue el espacio urbano, administrativo y religioso más importante durante la época colonial y el pueblo sirvió para albergar a diversos pueblos como los Colli, Comas, Guancayo, Maca, Guaravi y Misayo.
La iglesia está construida sobre un área rectangular de 8 metros de ancho por 24 metros de largo y la parte superior está cubierta por una gran bóveda de cañón. Posee un baptisterio, un coro iluminado por una gran ventana de más de 2 metros de alto y un campanario de planta rectangular.
Está ubicado a la altura del kilómetro 4.5 de la avenida San Juan de Dios en el distrito de Carabayllo y ha sido reconocida como patrimonio monumental de la Nación el 23 de julio de 1980, según Resolución Ministerial N. 0928–80–ED.
Haciendas coloniales y republicanas
– Hacienda Garagay
Ubicada entre las avenidas Universitaria y Angélica Gamarra en el distrito de Los Olivos, fue conocida durante el siglo XVI y XVII con el nombre de Nuestra Señora de Gracia. El nombre actual proviene de la mala escritura y pronunciación del apellido de Luis de Garayar, hacendado que alquiló la propiedad en 1785. Sus principales productos agropecuarios fueron el trigo, alfalfa, aceite de oliva y los carneros de Castilla.
La fachada de la hacienda se antepone a otros edificios virreinales de la zona rural de Lima Norte. Su ingreso no denota escaleras sino un patio rodeado por un marco de cinco arcos y un techo plano de madera alisada, cuya estructura es similar en la segunda planta aunque con arcos más angostos. Sobre ella se encuentra edificado un mirador de madera utilizado por lo general para vigilar y supervisar las principales actividades agrícolas impartidas a los trabajadores de la hacienda.
– Hacienda Infantas
Ubicado entre la carretera Panamericana Norte y la avenida 16 de octubre en el distrito de San Martín de Porres. Adquiere su nombre en 1667 cuando el convento de Nuestra Señora de la Concepción la arrienda a Jerónimo Infante del Real. Su principal producción en sus más de 190 fanegadas de extensión (570 hectáreas) fue el azúcar, aunque algunas veces alternó su producción con cultivos de alfalfa y productos de pan llevar.
Está construida con ladrillos de barro y denota un primer nivel semihundido conformado por cuartos de almacenaje de forma rectangular y habitaciones de uso administrativo. Las ventanas están casi al nivel del zócalo y todavía conservan sus rejas de hierro simple forjadas a mano con detalles centrales.
– Hacienda Santiago de Punchauca
Ubicada en el kilómetro 25 de la carretera a Canta en el distrito de Carabayllo, es una típica edificación colonial construida sobre un recinto arqueológico conocido como Punchau en donde los indígenas rendían culto al día con sol. Esta es la razón de por qué el edificio de forma rectangular está elevado del suelo cerca de 1.5 metros.
La elevación obligó a construir dos escaleras para el ingreso a las habitaciones, el comedor, la galería principal, la capilla y el patio. Una de las escaleras de doble rampa está ubicada en el ingreso principal de la hacienda, sostenida por cuatro pilares revestidos de caña y yeso que le dan una forma cilíndrica. La otra escalera, de una sola rampa, está ubicada en la pared lateral izquierda que se comunica con el patio posterior por medio de un gran corredor.
Su primer propietario fue Nicolás de Rivera, tres veces alcalde de Lima, y su principal producto agrícola durante la colonia y la república fue la caña de azúcar, también se cultivo el algodón, sobre todo durante el siglo XIX.
De toda la construcción de estilo neoclásico sobresale la capilla cubierta por una original bóveda de medio cañón elaborada con madera, cañas y yeso. Según el padre Antonio San Cristóbal, los carpinteros virreinales tuvieron que hacer uso de gran ingenio y creatividad para armar e instalar el techo de la capilla.
Este lugar sirvió como espacio de encuentro entre el general San Martín y el virrey La Serna para buscar una salida pacífica a la independencia del Perú.
– Hacienda Caballero
Ubicada en el kilómetro 31 de la carretera a Canta, su primer propietario fue Juan Caballero nombre con el que se le conoce hasta la actualidad. Además de la agricultura la hacienda se dedicó a la crianza de ganado vacuno, especialmente de toros de lidia para la feria de Acho. La hacienda conserva todavía una pared con dos figuras de toros de color rojo púrpura y negro azabache mirándose que hacen alusión al desarrollo de esta actividad ganadera.
La hacienda está compuesta por una entrada, sala, dormitorios, capilla, cocina, dos patios (de entrada y en la parte posterior), cuadra y huerta. Toda la instalación está construida con ladrillos de adobe asentados sobre un gran montículo rocoso con el objetivo de evitar el deslizamiento de agua de las quebradas adyacentes en épocas de invierno.
El ingreso principal es por medio de una gran escalera que llega hasta el salón principal y los dormitorios por medio de un atrio cubierto por un techo de madera, aunque algunos ambientes denotan la presencia de caña.
Aun así, ambos están revestidos con yeso alisado sin mayores adornos por la parte interna, mientras que por la parte externa sobresalía una «torta de barro» asentada sobre telas o mantas, cuya finalidad era no permitir el ingreso de agua a las instalaciones.
LIMA-CANTA-OBRAJILLO
Canta es una de las provincias de Lima con características pintorescas y sencillas típicos de los pueblos de la sierra, pues está rodeado por montañas, campos de cultivo y bellos paisajes. El clima es templado, seco y soleado y en su trayecto se pueden apreciar sitios emblemáticos como la Museo Regional de Punchauca, el templo de Santa Rosa de Quives, la plaza de Canta y los atractivos paisajísticos y geográficos de Obrajillo, ubicado a más de dos mil quinientos metros sobre el nivel del mar.
– Santa Rosa de Quives
Ubicado en el Km. 63 de la vía hacia Canta. El padre de Santa Rosa, Gaspar Flores, arcabucero en la guardia del palacio del Virrey, fue nombrado administrador de un obraje situado en las cercanías de Quive en el que permaneció por espacio de cuatro años de 1595 a 1599. En 1598 sería la confirmación. Fue Monseñor E. Lissón, C.M. Arzobispo de Lima, quien colocó la piedra de la restauración de la ermita el 31 de agosto de 1924.
El templo donde fue confirmada por Santo Toribio Mogrovejo Arzobispo de Lima y la misma casa, fueron declarados monumentos históricos por Ley N. 10403 del 23 de febrero de 1946. Es la meta de numerosos peregrinos como los fieles de la diócesis de Carabayllo que van por miles el 7 de octubre o el día de Santa Rosa.
En el jardín del Santuario se conserva una piedra de molino de la época utilizado para triturar los minerales en el obraje. En el altar interior se ha incrustado la piedra donde la santa se recluía para orar. Una de las hermanas de Santa Rosa, Bernardita que fue confirmada junta a ella, murió en Quives y está enterrada a la entrada del templo.
– Canta
Está situada al noreste de Lima a 105 kilómetros a una altitud de 2800 m. s. n. m. y ubicada en la parte alta del valle del Chillón. Con una extensión de aproximadamente 1687 km2, posee un clima sumamente variado, no solo por los cambios estacionales, sino también por los diversos pisos ecológicos que posee como Yunga, Quechua, Suni y Puna.
Posee siete distritos (Arahuay, Canta, Huamantanga, Huaros, La Chaqui, San Buenaventura y Santa Rosa de Quives) y limita por el norte con Huaral; por el sur, con Huarochirí; por el este, con el departamento de Junín, y por el oeste, con la ciudad de Lima.
El lugar presenta un paisaje serrano en donde pueden desarrollarse variadas modalidades del turismo recreacional, deportivo, turismo de aventura, pesca, agro turismo, entre otros. La vegetación que cubre la zona está compuesta por bosques de eucalipto, molle, tara, aliso, sauce y grama; mientras que en la parte alta existen junco, paja brava, puya Raimondi, entre otros.
El centro urbano encierra características típicas de inicios del siglo XIX, entre las cuales los balcones de las casas y las calles estrechas son las más representativas al igual que la iglesia matriz. Para llegar a Canta se pueden utilizar dos vías de acceso: la Av. Túpac Amaru y la Universitaria.
– Obrajillo
Es un pueblo ubicado al noroeste de Canta, a unos minutos en movilidad y casi 20 minutos a pie. Como el lugar está ubicado a menos altura que Canta, la caminata no requiere mayor esfuerzo físico.
El lugar tiene paisajes hermosos no sólo por la claridad de las aguas del río Chillón, sino también por la caída de agua de la catarata artificial. El lugar es propicio para acampar, pasear a caballo y comer abundante fruta y trucha frita a la parrilla.
CEPAC-UCSS